Estimadas/os Docentes:
Reproducimos a continuación la Declaración de la Mesa Ejecutiva de la Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires.
AGD – Ciclo Básico Común
Declaración de la Mesa Ejecutiva de la Asociación Gremial Docente (AGD) de la UBA a las/los docentes de la UBA y al conjunto de la docencia universitaria.
La Mesa Ejecutiva de la AGD-UBA propone la siguiente declaración con el objetivo de trazar un balance del plan de lucha y de los avances alcanzados en la Mesa de Negociación Salarial, y al mismo tiempo de plantear las perspectivas de preparación y organización de la lucha que se abren ante la docencia universitaria en esta nueva etapa.
1. Ni el Gobierno ni el CIN daban respuesta a los reclamos de los docentes universitarios
En diciembre del año pasado y en enero del presente, el Ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, declaró que “no habría motivos para subir los salarios docentes”, porque habíamos recibido suficientes incrementos a lo largo de 2008. Se refería al tope del 19,5%, pagado en tres cuotas, que impuso el Gobierno y la burocracia de las centrales sindicales y que, a pesar del movimiento de lucha de los docentes, no pudimos quebrar.
El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), por su parte, y más allá de las tradicionales declaraciones de fin de año que algunos rectores y decanos (oficialistas, opositores o progresistas) recitan como desiderata de la necesidad de un aumento presupuestario, tampoco elevó propuesta concreta alguna. Todavía más: lejos de impulsar la convocatoria a la Mesa de Negociación Salarial o a la Paritaria , insistían una y otra vez en que no tenían mandato para proponer algo.
Este fue el punto de partida.
En diciembre del año pasado y en enero del presente, el Ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, declaró que “no habría motivos para subir los salarios docentes”, porque habíamos recibido suficientes incrementos a lo largo de 2008. Se refería al tope del 19,5%, pagado en tres cuotas, que impuso el Gobierno y la burocracia de las centrales sindicales y que, a pesar del movimiento de lucha de los docentes, no pudimos quebrar.
El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), por su parte, y más allá de las tradicionales declaraciones de fin de año que algunos rectores y decanos (oficialistas, opositores o progresistas) recitan como desiderata de la necesidad de un aumento presupuestario, tampoco elevó propuesta concreta alguna. Todavía más: lejos de impulsar la convocatoria a la Mesa de Negociación Salarial o a la Paritaria , insistían una y otra vez en que no tenían mandato para proponer algo.
Este fue el punto de partida.
2. Las asambleas de base y los Congresos de la CONADU Histórica volvieron a poner de pie el movimiento docente en todo el país.
Tanto en el Congreso Nacional realizado a fin de año pasado, desde la AGD en enero cuando respondimos la declaración de Tedesco con el reclamo del 30% de aumento de emergencia y en los sucesivos plenarios y reuniones de Mesa Ejecutiva en febrero, como en el Congreso convocado en marzo, los docentes universitarios nucleados en la CONADU Histórica votamos un programa de reivindicaciones -30% de aumento de emergencia, media canasta para el básico del cargo testigo, segunda y definitiva etapa para nombrar con salario a todos los docentes ad honorem, 82% móvil para los jubilados, estabilidad laboral, entre otros puntos- y un método de intervención: por un lado, las asambleas de base para deliberar colectivamente, fortalecer el movimiento y recoger mandatos; por el otro, un plan de lucha: con denuncias sistemáticas, presentaciones en las primeras convocatorias a paritarias y en el seno de la primera sesión del año del CIN, hasta la concreción de una jornada de protesta de una semana, del 13 al 18 de abril, con paros en los últimos tres días y movilizaciones locales –en la UBA , una marcha hacia el Ministerio de Educación.
Fue con ese programa, de defensa de la educación pública y de independencia del movimiento docente frente al Estado, el gobierno y las camarillas universitarias, con ese método y con la masiva adhesión de los docentes universitarios a las medidas de fuerza –con parazos en la mayoría de las universidades nacionales- que logramos quebrar, en primer término, todas las maniobras y dilaciones del Gobierno, del CIN y de sus agentes.
Concretamente, a partir de que el Congreso de CONADU Histórica resolvió la semana de protesta y el paro de 72 hs., el Gobierno, que no tenía propuesta alguna, comenzó a proponer informalmente, primero, un pago en negro y, luego, en gris (remunerativo no bonificable). Finalmente, un día antes de la semana de protesta y paro, el Gobierno y el CIN convocaron en abril a la primera reunión de negociación con una propuesta que consistía en un 15,5% en blanco, a pagar en dos cuotas: en abril y en julio (y en la segunda reunión, adelantó la segunda cuota a junio).
Queda claro que lo conquistado –claramente insuficiente como lo declaró la CONADU Histórica en la primera reunión de Mesa de Negociación Salarial y en nuestro caso lo ratificaron las asambleas en la UBA- fue el resultado de haber abierto un camino de movilización y lucha frente a la negativa de la patronal (Gobierno/CIN) de dar satisfacción a las demandas de la docencia universitaria.
Tanto en el Congreso Nacional realizado a fin de año pasado, desde la AGD en enero cuando respondimos la declaración de Tedesco con el reclamo del 30% de aumento de emergencia y en los sucesivos plenarios y reuniones de Mesa Ejecutiva en febrero, como en el Congreso convocado en marzo, los docentes universitarios nucleados en la CONADU Histórica votamos un programa de reivindicaciones -30% de aumento de emergencia, media canasta para el básico del cargo testigo, segunda y definitiva etapa para nombrar con salario a todos los docentes ad honorem, 82% móvil para los jubilados, estabilidad laboral, entre otros puntos- y un método de intervención: por un lado, las asambleas de base para deliberar colectivamente, fortalecer el movimiento y recoger mandatos; por el otro, un plan de lucha: con denuncias sistemáticas, presentaciones en las primeras convocatorias a paritarias y en el seno de la primera sesión del año del CIN, hasta la concreción de una jornada de protesta de una semana, del 13 al 18 de abril, con paros en los últimos tres días y movilizaciones locales –en la UBA , una marcha hacia el Ministerio de Educación.
Fue con ese programa, de defensa de la educación pública y de independencia del movimiento docente frente al Estado, el gobierno y las camarillas universitarias, con ese método y con la masiva adhesión de los docentes universitarios a las medidas de fuerza –con parazos en la mayoría de las universidades nacionales- que logramos quebrar, en primer término, todas las maniobras y dilaciones del Gobierno, del CIN y de sus agentes.
Concretamente, a partir de que el Congreso de CONADU Histórica resolvió la semana de protesta y el paro de 72 hs., el Gobierno, que no tenía propuesta alguna, comenzó a proponer informalmente, primero, un pago en negro y, luego, en gris (remunerativo no bonificable). Finalmente, un día antes de la semana de protesta y paro, el Gobierno y el CIN convocaron en abril a la primera reunión de negociación con una propuesta que consistía en un 15,5% en blanco, a pagar en dos cuotas: en abril y en julio (y en la segunda reunión, adelantó la segunda cuota a junio).
Queda claro que lo conquistado –claramente insuficiente como lo declaró la CONADU Histórica en la primera reunión de Mesa de Negociación Salarial y en nuestro caso lo ratificaron las asambleas en la UBA- fue el resultado de haber abierto un camino de movilización y lucha frente a la negativa de la patronal (Gobierno/CIN) de dar satisfacción a las demandas de la docencia universitaria.
3. Los obstáculos que enfrentamos
Ya lo dijimos en primer término: las maniobras y dilaciones del Gobierno y del CIN. Es decir, la política salarial, pero también –de conjunto- una política universitaria que profundiza la asfixia financiera de las universidades, el gravísimo deterioro de la infraestructura –incendios en Medicina, “viga” en Sociales, el riesgo de derrumbe de los patios de Económicas, y sigue la lista-, las condiciones de trabajo y de enseñanza de docentes, estudiantes y no docentes en todas las universidades.
Una política de la cual el Gobierno y los rectores son responsables.
Pero además los docentes debimos enfrentar el papel de las burocracias sindicales que actuaron como agentes del Gobierno y del CIN. También concretamente: Fedun/Aduba –el sello de Ricci en la CGT que una y otra vez declaró su apoyo a las políticas del Gobierno- no planteó medida alguna durante estos meses. Estaba, por decirlo así, en un compás de espera por tiempo indefinido. La Ctera y Uda, que entraron desde hace años por la ventana a la Mesa de Negociación con una representación de 100 docentes entre ambas en todo en el país, tampoco.
La Conadu merece un capítulo aparte: un día antes del Congreso de la CONADU Histórica , donde se resolvería un plan de lucha, el de la Conadu votaba “emplazar al Gobierno”… publicando una solicitada. Luego, fuertemente presionados por el plan de lucha y paro de nuestra Federación y la adhesión de cuatro de sus asociaciones (una de las cuales, San Luis, había presenciado nuestro Congreso y adhería al paro los mismos días), la dirección de la Conadu se vio forzada a llamar también a un paro. Claro que lo hizo … en otros días. Debe haber pocos ejemplos de intentos de desorganización de un movimiento de lucha como este: frente a un plan de lucha votado por 22 asociaciones, y ya sin poder evitar una medida de carácter nacional, se resuelve no hacerlo coincidir para claramente debilitarlo.
Y más: en la primera reunión de la Mesa de Negociación resuelven aceptar sin más trámite el Acta Acuerdo como si –y a esta altura sin el “como si”- la misma dirección de la Conadu hubiera elaborado el escrito. La Fedun , la Ctera y la Uda –sin sobresaltos- acompañaron con su firma.
Frente a este acuerdo Gobierno-CIN-burocracias, que cerraba la negociación cuando apenas se había abierto, la CONADU Histórica planteó que receptaba el Acta y que la sometería a la deliberación de sus asambleas de base el miércoles 29 y respondería al Gobierno y al CIN el jueves 30 de abril.
Fuera de otras consideraciones –que plantearemos a continuación-, queda claro que se estaba imponiendo un límite al movimiento docente que había arrancado esta misma negociación.
De esto son responsables las direcciones burocráticas de la Conadu , Ctera, Fedun y UDA.
Ya lo dijimos en primer término: las maniobras y dilaciones del Gobierno y del CIN. Es decir, la política salarial, pero también –de conjunto- una política universitaria que profundiza la asfixia financiera de las universidades, el gravísimo deterioro de la infraestructura –incendios en Medicina, “viga” en Sociales, el riesgo de derrumbe de los patios de Económicas, y sigue la lista-, las condiciones de trabajo y de enseñanza de docentes, estudiantes y no docentes en todas las universidades.
Una política de la cual el Gobierno y los rectores son responsables.
Pero además los docentes debimos enfrentar el papel de las burocracias sindicales que actuaron como agentes del Gobierno y del CIN. También concretamente: Fedun/Aduba –el sello de Ricci en la CGT que una y otra vez declaró su apoyo a las políticas del Gobierno- no planteó medida alguna durante estos meses. Estaba, por decirlo así, en un compás de espera por tiempo indefinido. La Ctera y Uda, que entraron desde hace años por la ventana a la Mesa de Negociación con una representación de 100 docentes entre ambas en todo en el país, tampoco.
La Conadu merece un capítulo aparte: un día antes del Congreso de la CONADU Histórica , donde se resolvería un plan de lucha, el de la Conadu votaba “emplazar al Gobierno”… publicando una solicitada. Luego, fuertemente presionados por el plan de lucha y paro de nuestra Federación y la adhesión de cuatro de sus asociaciones (una de las cuales, San Luis, había presenciado nuestro Congreso y adhería al paro los mismos días), la dirección de la Conadu se vio forzada a llamar también a un paro. Claro que lo hizo … en otros días. Debe haber pocos ejemplos de intentos de desorganización de un movimiento de lucha como este: frente a un plan de lucha votado por 22 asociaciones, y ya sin poder evitar una medida de carácter nacional, se resuelve no hacerlo coincidir para claramente debilitarlo.
Y más: en la primera reunión de la Mesa de Negociación resuelven aceptar sin más trámite el Acta Acuerdo como si –y a esta altura sin el “como si”- la misma dirección de la Conadu hubiera elaborado el escrito. La Fedun , la Ctera y la Uda –sin sobresaltos- acompañaron con su firma.
Frente a este acuerdo Gobierno-CIN-burocracias, que cerraba la negociación cuando apenas se había abierto, la CONADU Histórica planteó que receptaba el Acta y que la sometería a la deliberación de sus asambleas de base el miércoles 29 y respondería al Gobierno y al CIN el jueves 30 de abril.
Fuera de otras consideraciones –que plantearemos a continuación-, queda claro que se estaba imponiendo un límite al movimiento docente que había arrancado esta misma negociación.
De esto son responsables las direcciones burocráticas de la Conadu , Ctera, Fedun y UDA.
4. La aceptación del Acta y la presentación de la CONADU Histórica
La AGD UBA , por mandato de su asamblea general, llevó al Plenario de Secretarios Generales las siguientes propuestas: a) ratificar lo actuado por la CONADU Histórica en la Mesa de Negociación Salarial (recepción del acta y consulta a las asambleas); b) reafirmar y ampliar la denuncia al conjunto de la docencia universitaria del papel jugado por las direcciones burocráticas que cerraron con su firma la negociación; c) rechazar el planteo de las cuatro asociaciones de base de la Conadu que pararon junto con nuestra Federación en el sentido de que habría dos direcciones burocráticas y que por eso convocan a una reunión de asociaciones “combativas” (un planteo absolutamente falso por las razones expuestas que pretende encubrir a la dirección burocrática de De Feo y Cía); d) plantear la continuidad del plan de lucha –en este nuevo cuadro- con una movilización nacional a realizarse en la segunda quincena de mayo; e) rechazar el Acta.
Sobre este rechazo, sostuvimos –y seguimos sosteniendo- que, más allá del insuficiente incremento salarial, el texto del Acta resultaba la maniobra final del Gobierno/CIN/burocracias por introducir una serie de puntos con enormes imprecisiones –y consecuentemente con nula o mínima garantía de cumplimiento- y otros que comprometían a los docentes universitarios en una política contraria a nuestras reivindicaciones históricas. Por caso, una comisión para discutir la nueva Ley de Educación Superior, en lugar de plantear la derogación de la actualmente vigente, y peor aún, llevar a los docentes a aceptar en uno de sus puntos la aceptación de la LES.
El Plenario de Secretarios Generales resolvió, a partir de los mandatos de las asambleas de todas las asociaciones que conforman nuestra Federación, aceptar el incremento salarial e incorporar en cada punto la aceptación, la no aceptación o la ampliación según correspondiera en los demás puntos del Acta. Sobre la base de esta resolución mayoritaria se hizo esa presentación al CIN y a la Secretarías de Políticas Universitarias (SPU). A último momento se le informó a la CONADU Histórica que se aceptaba la presentación pero no se permitía modificar el Acta ya rubricada por las restantes federaciones, el CIN y el Gobierno.
La AGD UBA , por mandato de su asamblea general, llevó al Plenario de Secretarios Generales las siguientes propuestas: a) ratificar lo actuado por la CONADU Histórica en la Mesa de Negociación Salarial (recepción del acta y consulta a las asambleas); b) reafirmar y ampliar la denuncia al conjunto de la docencia universitaria del papel jugado por las direcciones burocráticas que cerraron con su firma la negociación; c) rechazar el planteo de las cuatro asociaciones de base de la Conadu que pararon junto con nuestra Federación en el sentido de que habría dos direcciones burocráticas y que por eso convocan a una reunión de asociaciones “combativas” (un planteo absolutamente falso por las razones expuestas que pretende encubrir a la dirección burocrática de De Feo y Cía); d) plantear la continuidad del plan de lucha –en este nuevo cuadro- con una movilización nacional a realizarse en la segunda quincena de mayo; e) rechazar el Acta.
Sobre este rechazo, sostuvimos –y seguimos sosteniendo- que, más allá del insuficiente incremento salarial, el texto del Acta resultaba la maniobra final del Gobierno/CIN/burocracias por introducir una serie de puntos con enormes imprecisiones –y consecuentemente con nula o mínima garantía de cumplimiento- y otros que comprometían a los docentes universitarios en una política contraria a nuestras reivindicaciones históricas. Por caso, una comisión para discutir la nueva Ley de Educación Superior, en lugar de plantear la derogación de la actualmente vigente, y peor aún, llevar a los docentes a aceptar en uno de sus puntos la aceptación de la LES.
El Plenario de Secretarios Generales resolvió, a partir de los mandatos de las asambleas de todas las asociaciones que conforman nuestra Federación, aceptar el incremento salarial e incorporar en cada punto la aceptación, la no aceptación o la ampliación según correspondiera en los demás puntos del Acta. Sobre la base de esta resolución mayoritaria se hizo esa presentación al CIN y a la Secretarías de Políticas Universitarias (SPU). A último momento se le informó a la CONADU Histórica que se aceptaba la presentación pero no se permitía modificar el Acta ya rubricada por las restantes federaciones, el CIN y el Gobierno.
5. Perspectivas
Por los hechos y las razones expuestas, la Mesa Ejecutiva de AGD-UBA entiende que se ha cerrado una primera etapa que abrimos con la enorme movilización y el contundente paro de 72 hs en las universidades nacionales, contra todos los obstáculos.
Que en lo inmediato reclamamos al Rectorado de la UBA el pago ya a todos los docentes del incremento salarial (con su retroactivo) por planilla complementaria.
Que la nueva etapa exige la continuación de un plan de lucha con la organización de una masiva movilización nacional a Plaza de Mayo hacia la segunda quincena de mayo con el conjunto de nuestro pliego de reivindicaciones salariales y no salariales: media canasta para el cargo testigo, salario para todos los ad honorem, 82% móvil para los jubilados, estabilidad laboral.
Que en ese marco tenemos que continuar y profundizar las campañas por el empadronamiento de ad honorem, por el proyecto de jubilación móvil de la CONADU Histórica , por la estabilidad laboral de todos los docentes interinos amenazados con el despido.
Que ratificamos el método llevado adelante por la CONADU Histórica con la recepción, la deliberación de las asambleas y la resolución mayoritaria de la Federación frente a la propuesta del Gobierno.
Que denunciamos el papel de las burocracias (Conadu, Ctera, Fedun, Uda) que, en lugar de aprovechar el terreno de la negociación para fortalecer el movimiento nacional docente, cerraron toda posibilidad y toda organización en un frente común ante el Gobierno y el CIN.
Que denunciamos asimismo el chantaje del Acta que conspiró contra la elemental libertad de las organizaciones sindicales de llevar e incorporar sus planteos.
Que denunciamos los 14 millones de pesos para las organizaciones sindicales -6 millones asignados en concepto de cursos de capacitación, 2 millones cursos de seguridad e higiene y 6 millones en concepto del 1% que perciben los sindicatos al firmar el acta- por constituir una política contraria a la necesaria independencia del movimiento de los trabajadores quienes sostienen sus organizaciones sobre la base del aporte solidario de cada compañero y compañera. En tal sentido, y como la AGD lo llevó oportunamente a congresos de la Federación , ante el hecho concreto de su percepción, proponemos que el destino de tales fondos se discuta en instancias asamblearias de base para, en un Congreso Nacional, resolver su destino colectivo de manera que sean los docentes sus beneficiarios.
Que consideramos imprescindible desarrollar sistemáticamente una campaña de organización por la presentación de un pliego único de reivindicaciones que sea respaldado por la elección de delegados y representantes paritarios electos.
Que esta campaña la CONADU Histórica la debe desarrollar entre todos los docentes e investigadores de todas las universidades nacionales donde existan o no organizaciones gremiales representativas y donde éstas pertenezcan o no a nuestra Federación. Será con la elección de delegados electos y un pliego único votado por los docentes que daremos un paso práctico en sacarnos de encima a los burócratas que a espaldas del movimiento suscriben actas por dineros.
Llamamos a los y las docentes de todas las facultades a deliberar sobre este balance y sus perspectivas, a sumar sus aportes y críticas, para conquistar todo lo que nos falta.
Mesa Ejecutiva de AGD UBA
5 de mayo de 2009
Por los hechos y las razones expuestas, la Mesa Ejecutiva de AGD-UBA entiende que se ha cerrado una primera etapa que abrimos con la enorme movilización y el contundente paro de 72 hs en las universidades nacionales, contra todos los obstáculos.
Que en lo inmediato reclamamos al Rectorado de la UBA el pago ya a todos los docentes del incremento salarial (con su retroactivo) por planilla complementaria.
Que la nueva etapa exige la continuación de un plan de lucha con la organización de una masiva movilización nacional a Plaza de Mayo hacia la segunda quincena de mayo con el conjunto de nuestro pliego de reivindicaciones salariales y no salariales: media canasta para el cargo testigo, salario para todos los ad honorem, 82% móvil para los jubilados, estabilidad laboral.
Que en ese marco tenemos que continuar y profundizar las campañas por el empadronamiento de ad honorem, por el proyecto de jubilación móvil de la CONADU Histórica , por la estabilidad laboral de todos los docentes interinos amenazados con el despido.
Que ratificamos el método llevado adelante por la CONADU Histórica con la recepción, la deliberación de las asambleas y la resolución mayoritaria de la Federación frente a la propuesta del Gobierno.
Que denunciamos el papel de las burocracias (Conadu, Ctera, Fedun, Uda) que, en lugar de aprovechar el terreno de la negociación para fortalecer el movimiento nacional docente, cerraron toda posibilidad y toda organización en un frente común ante el Gobierno y el CIN.
Que denunciamos asimismo el chantaje del Acta que conspiró contra la elemental libertad de las organizaciones sindicales de llevar e incorporar sus planteos.
Que denunciamos los 14 millones de pesos para las organizaciones sindicales -6 millones asignados en concepto de cursos de capacitación, 2 millones cursos de seguridad e higiene y 6 millones en concepto del 1% que perciben los sindicatos al firmar el acta- por constituir una política contraria a la necesaria independencia del movimiento de los trabajadores quienes sostienen sus organizaciones sobre la base del aporte solidario de cada compañero y compañera. En tal sentido, y como la AGD lo llevó oportunamente a congresos de la Federación , ante el hecho concreto de su percepción, proponemos que el destino de tales fondos se discuta en instancias asamblearias de base para, en un Congreso Nacional, resolver su destino colectivo de manera que sean los docentes sus beneficiarios.
Que consideramos imprescindible desarrollar sistemáticamente una campaña de organización por la presentación de un pliego único de reivindicaciones que sea respaldado por la elección de delegados y representantes paritarios electos.
Que esta campaña la CONADU Histórica la debe desarrollar entre todos los docentes e investigadores de todas las universidades nacionales donde existan o no organizaciones gremiales representativas y donde éstas pertenezcan o no a nuestra Federación. Será con la elección de delegados electos y un pliego único votado por los docentes que daremos un paso práctico en sacarnos de encima a los burócratas que a espaldas del movimiento suscriben actas por dineros.
Llamamos a los y las docentes de todas las facultades a deliberar sobre este balance y sus perspectivas, a sumar sus aportes y críticas, para conquistar todo lo que nos falta.
Mesa Ejecutiva de AGD UBA
5 de mayo de 2009
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