Lo que establece el Estatuto Universitario vulnera derechos laborales y es inconstitucional
Leer el informe preparado sobre la base de un documento elaborado por el Dr. Guillermo Pajoni
Informe
La situación en la Universidad de Buenos Aires
Estabilidad, concursos y carrera docente
En relación con la inestabilidad laboral se abre el debate en torno al sistema de concursos y la carrera docente. La siguiente nota -publicada inicialmente en un folleto de la AGD-Sociales- pretende ser un documento para impulsar el debate entre los docentes. La flexibilización laboral que afecta a la gran masa de trabajadores ocupados y desocupados en Argentina no ha sido una novedad de la década de 1990 para los docentes universitarios. Lo cierto es que, siendo trabajadores estatales, nunca hemos gozado de ningún tipo de estabilidad (en el caso de la UBA, el máximo garantizado es de 7 años), no hemos tenido un convenio colectivo de trabajo y hemos sufrido la amenaza sistemática de perder nuestro trabajo.
El argumento central para justificar este sistema de flexibilización es la necesidad de sostener permanentemente un sistema de concursos en la docencia que garantice la excelencia académica, que consiste básicamente (y con variantes según la categoría y la Universidad) en que cada docente debe “revalidar” su puesto laboral frente a otros postulantes cada cierto periodo (que puede ir de 2 a 7 años). El argumento de fondo es que un docente universitario debe dar prueba cada cierto tiempo de su idoneidad para ocupar el puesto de trabajo que desempeña.
Sin embargo, si bien algunos de los argumentos pueden parecer pertinentes, los razonamientos que han sustentado esta política no sólo son contrarios a la defensa de los derechos de los trabajadores sino que además son falaces, puesto que:
a) si bien la necesidad de evaluar el desempeño de un docente universitario en su puesto de trabajo es real, esto de ningún modo implica que el docente deba permanentemente estar sometido a una especia de “competencia” con otros postulantes a su puesto de trabajo.
La evaluación del desempeño bien puede hacerse sin necesidad de llamar a un concurso abierto de antecedentes y oposición, teniendo en cuenta el desempeño real a lo largo de un periodo; y,
b) los concursos de ningún modo garantizan la calidad académica, sino que en el mejor de los casos, constituyen un mecanismo que evalúa el desempeño de un docente en un día y en una situación absolutamente ficticia.
Para terminar con la inestabilidad y la creciente precarización de la situación laboral de los docentes es necesaria una política que supere el llamado a concursos como único mecanismo de promoción y/o permanencia de los docentes.
La carrera docente, en cambio, en tanto evalúa precisamente una “carrera” –esto es, un desempeño en el largo plazo, en situaciones reales–, resulta un instrumento superior para garantizar la estabilidad, la promoción y la calidad académica. Así, el ingreso a la carrera docente debería llevarse a cabo a partir de un llamado a concurso abierto, mientras que la permanencia (estabilidad) y promoción de los docentes debería estar garantizada por evaluaciones periódicas del desempeño laboral de los trabajadores.
Sin embargo, en la Universidad de Buenos Aires, hay más obstáculos para desarrollar una carrera docente que la mera cultura de los concursos y las reglamentaciones vigentes respectivas del Consejo Superior. El actual Estatuto Universitario de la UBA fija la carrera docente sólo para auxiliares y concebido como un posgrado pedagógico. En este marco, para la implementación real de la carrera docente son imprescindibles dos pasos:
1) generar un movimiento por la carrera docente, por la defensa de la estabilidad laboral, desnudando el carácter falaz de la argumentación que analoga la excelencia académica con el mecanismo expulsivo (cuando no manipulador y disciplinador) de los concursos; y,
2) modificar el Estatuto Universitario para avanzar en la implementación de una carrera docente para todas las categorías, garantizando que la formación docente y los posgrados sean gratuitos.
La carrera docente como parte del convenio colectivo de trabajo
La implementación de la carrera docente, en el sentido descripto en los párrafos previos (como conquista de la estabilidad laboral y garantía de promoción de los docentes universitarios), puede hacerse en la Universidad. Sin embargo, es una tarea imprescindible lograr que el movimiento por la carrera docente sea nacional, paralelamente con la lucha salarial. No queremos estabilidad con salarios miserables, pero tampoco queremos sólo aumento salarial. En este sentido, la carrera docente debería formar parte de un convenio colectivo de trabajo surgido de paritarias nacionales que aseguren tanto las condiciones laborales como el salario de los docentes universitarios, pues no hay otro camino para la defensa de la universidad pública y de su calidad académica.
Antecedentes
La implementación de la carrera docente cuenta con varios antecedentes en el ámbito de la UBA.
En la mayoría de las unidades académicas los ayudantes de 2da. pasan a ser de 1era. en el momento en que se reciben. Esto significa que la promoción se realiza a partir del reconocimiento del título, es decir, por los propios méritos del docente;
La reglamentación para la renovación de profesores (Res. CS 3311/88 y modificatorias) reconoce la estabilidad hasta nuevo llamado a concurso (art. 3ero). También, la posibilidad de que se abra una cátedra nueva en el caso de que el profesor que renueva quede en el orden de mérito pero no gane el concurso. Esto supone un reconocimiento de la estabilidad docente, aunque tal posibilidad esté sujeta a las condiciones presupuestarias (según establece la misma reglamentación). Además, la misma reglamentación fija pautas para la promoción, pues reconoce la posibilidad de que el jurado proponga que el docente sea nombrado en el cargo inmediato superior;
El reglamento de auxiliares de la Facultad de Filosofía y Letras también reconoce la estabilidad hasta nuevo llamado a concurso; y,
El nuevo reglamento de auxiliares de la Facultad de Ciencias Sociales prevé que aquellos docentes auxiliares que tengan más de 7 años como interinos en el cargo serán evaluados por un jurado pero sin oponentes, y, en el caso de que sean considerados aptos para el desempeño del cargo, obtendrán la regularidad en el cargo.
Y si bien la mayor parte de los antecedentes de carrera docente se registran en las universidades del exterior (este sistema es el habitual en España, Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, entre otros países), es de destacar que la carrera docente –con algunas variaciones, pero fundamentalmente en el sentido en el que se ha planteado en este documento– ha sido implementada en las Universidades Nacionales de Rosario y de Mar del Plata, en CONICET, a la vez que se ha planteado, como proyecto, en la Universidad Nacional de Cuyo.